Moisés Liébana nació en Corporales de Cabrera donde se crió y pasó toda su vida. Empezó a tocar de niño mientras pastoreaba con “pipas” de saúco hasta que por fin consiguió una gaita para poder tocar.
Lo poco que aprendió a tocar la gaita fue de oído, viendo tocar a otros gaiteros de la zona, como su suegro que ya tocaba a dúo con otro gaitero del mismo pueblo. Pasó por distintos instrumentos tocando saxofón, batería y hasta teclados, adaptándose en todo momento a las modas que iban llegando. Con la gaita también tocó muchos años aunque en algunas décadas no fue el instrumento más demandado. Interpretaba repertorio antiguo, que había heredado de sus mayores y adaptó centenares de piezas modernas que fueron conociendo a través de la radio, casettes, de oírlas…
Uno de los hechos que le mas le han dado a conocer es el interpretar “la Danza”. La aprendió por encargo cuando se decidió retomar este acto que ya no se celebraba, aprendiendo las músicas de la voz.
En los últimos años enseñó a tocar a muchos gaiteros y siempre estuvo disponible para todo el que quiso aprender lo que él sabía. Junto a su compañero en la gaita Domingo Losada formaron una pareja que sería reforzada en muchas ocasiones por los hijos de Moisés.
Tocaron por las dos cabreras y en multitud de lugares de toda la provincia, acudiendo a diferentes actos en los que les solicitaban. Tocaban en todo tipo de eventos: fiestas, alboradas, bodas, bailes, muestras de música tradicional… En la segunda mitad del S.XX en la que el pueblo estaba en auge llegó a tener una “discoteca” en el “bajo” de su casa en la que hacía el baile y que era muy conocida en toda la contorna.
Moisés y Domingo fueron unos gaiteros muy completos y de oficio, con variedad de recursos técnicos y un gran sentido de la afinación en sus dúos. Siempre serán recordados por su amplia faceta musical y por su gran personalidad.
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