El Valle - Década de los 50 |
Esta semana
queremos dedicar a la figura de este último tamboritero unas palabras y unas
imágenes que hablen de lo que nos han contado sobre él.
Tenía que ser un
hombre con personalidad arrolladora preparado para cualquier juerga y con una
tremenda profesionalidad como músico. Son innumerables las anécdotas que nos
cuentan sobre él.
Sobre esa
capacidad para la broma nos cuentan que era un cómico y que convertía
especialmente las bodas en fiestas llenas de risa, bien fuera incluso
vistiéndose de mujer o regalándole a la novia tapado con un paño, un plato con
dos huevos y un chorizo. Incluso en ocasiones hacían la "tarara", que
consistía en: vestir a un mozo con pantalones en los brazos, camisa en las
piernas y hacerle una cabeza. Con ello simulaba estar "haciendo el
pino" y le preguntaban a la "tarara": Las mujeres son borrachas,
lo que afirmaba con esa falsa cabeza. Y continuaban preguntando: los hombres
son borrachos a lo que negaba girando a un lado y al otro.
Sin embargo
combinaba esta aparente informalidad, propia de la diversión, con un gran
sentido del deber y de la profesión de tamboritero. Nos cuentan que habiendo
contratado una actuación, no había nada que le pudiera impedir asistir. Así nos
lo decían por ejemplo en Villar de las Traviesas, que con nieve en el camino
siempre llegaba a tiempo y nunca faltaba a las fiestas de invierno de Villar y
Librán. Cruzando en botas por la nieve por senderos y caminos, pero eso sí,
cuando se ponía a tocar el baile, calzaba unas madreñas para que no se le
enfriaran los pies de estar tocando quieto.
Incluso con
lluvia tocaba la alborada o arboleada. Colocaba el paraguas para que no se
mojara la flauta y el tambor y realizaba el pasacalles por el pueblo a hora
temprana aunque el tiempo no acompañara.
Su presencia era
requerida en gran cantidad de pueblos para los actos que solían incluir un
tamboritero: fiestas, procesiones, alboradas, bodas, quintos, carnavales. Estos
pueblos se extendían por el "valle del Sil" y su renombre era tal,
que a pesar que en muchas de estas poblaciones contaban con tamboritero propio,
lo llamaban a él.
Contaremos como
última anécdota sobre Antonio, que muchos dicen que murió debido a la Silicosis
producida por el polvo de los corrales y eras en las que tocaba. Polvo
levantado por los pies de los bailadores y que respiraría al coger aire y soplar
la flauta. Una anécdota que lo eleva a la categoría de personaje de leyenda.
Noceda - Década de los 20 |
Y sobre su música tenemos que decir que se ha transmitido por distintas vías. Por un lado en los fondos del CSIC publicados on-line por el InstitucióMilà i Fontanals, Barcelona en su Fondo de Música Tradicional podemos encontrar la Misión 53. Se conserva en una Caja/archivador verde pequeño con la etiqueta “LEÓN / M. García Matos / Misión Nº 53. 1951” que contiene: 63 fichas de piezas instrumentales numeradas 1 a 56 (y 13 fichas correspondientes a sus cuatro informantes); 135 fichas de melodías con texto numeradas 1 a 134 (y 19 fichas correspondientes a siete informantes, que incluyen a tres informantes de las piezas instrumentales); y 37 cuartillas (numeradas 1-36, incluye 3bis) con textos mecanografiados de algunas de las canciones. Y este trabajo están recogidos temas de las siguientes localidades: Astorga, Castrillo de la Valduerna, La Bañeza, Matarrosa del Sil, Noceda del Bierzo, Quintanilla de Somoza, Santiago Millas, Tejedo de Ancares/Teixeu de Ancares (Candín), Val de San Lorenzo, Valdespino de Somoza y Villalibre de Somoza. Este trabajo fue realizado por Manuel García Matos musicólogo afín al Régimen del momento y que pudo realizar su labor contando con apoyos y del que como obra principal ha trascendido su Magna Antología del Folclore de España.
En lo que
respecta a Noceda, podemos encontrar piezas vocales e instrumentales siendo
estas últimas seis interpretadas por Antonio que según los apuntes de Matos
contaba con cincuenta y tres años. Entre ellas tenemos: dos jotas, una
alborada, un corrido, una "tocata de Procesión" y una dulzaina que
también aparece en versión vocal.
En lo que
respecta a la transmisión de su repertorio a través de otros tamboriteros,
personalmente consideramos que fueron principalmente dos los herederos de su
legado: Pedro "Budiel" de San Justo de
Cabanillas y José Marqués "Mateguines" de Noceda también. De este
último, que aun vive y reside en Noceda, es muy conocido entre folcloristas,
gracias a su participación en la Colección de Música Tradicional de Castilla y
León, aunque también grabó en la Radio de Bembibre nueve temas que no se han
llegado a publicar. Os dejamos uno de estos temas transmitidos a través de
Antonio de su repertorio.
Sin querer ser
especialmente exhaustivos, ni dar una visión completa de estos músicos, pero aportamos
de las entrevistas con Pepe y Pedro ciertas características que les unen entre
ellos y con Antonio. Una es el gusto por las flautas oscuras, de maderas de
color oscuro o incluso pintadas. Otra es un toque rápido y vivo en el tamboril,
un vibratto personal y una profusión y densidad rítmica importante y destacable
en el tambor y en las melodías de la flauta. También tomaron de Antonio el
gusto por los tambores "de varillas", tambores en los que la presión
sobre los aros para tensar las pieles es ejercida por varillas metálicas
apretadas por palomillas. Aunque en algunas fotos podemos ver a Antonio tocando
un tambor de cuerdas.
Noceda del Bierzo - Década de los 20 |
Sólo podemos terminar esperando que les hayan gustado estas breves palabras sobre este gran tamboritero que fue Antonio, el de Noceda.
Fotografías: Imágenes para el Recuerdo, Un proyecto de la Ciuden
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