viernes, 26 de septiembre de 2014

La música tradicional, ese saco tan grande

En Junio de 2012 me invitaron a participar en el periodico O Sil de Valdeorras con una pequeña reflexión para un pequeño espacio en el que invitan a participar a músicos que tienen que ver con la zona para hacer una pequeña aportación personal, y esta fue la mía. Espero que os guste.


La música tradicional, ese saco tan grande


Comparto con muchos otros un amor por la música tradicional, música que ha acompañado a las generaciones que nos preceden. Tenemos una tremenda suerte al poder llegar hasta ella de primera mano y poder seguir trasmitiéndola. Entiendo que este puede ser un estilo duro o lejano, entre otras cosas porque lo hemos dejado abandonado mucho tiempo. Pero deberíamos conseguir transmitir de ella todos sus valores y la ilusión y la chispa que tiene dentro, porque es atractiva para cualquiera y son parte de nuestras raíces. Esta música abarcaba todos los aspectos de la vida y en todo momento había ocasiones para ella. No era necesario un instrumento caro, para entretener el trabajo o para la diversión. Los músicos para algunas ocasiones pero de diario la voz y lo cercano.

Por ejemplo, nuestros gaiteiros de antes, los buenos, no eran solo alabados por sus interpretaciones, importaba también la animación, el saber llevar un buen baile y conseguir que la noche terminara bien. Es difícil saber escoger la mejor pieza para cada momento, entender todos los entresijos del protocolo, saber venderse bien y a la vez, tener vista para saber  quien lanza una mirada mientras se toca una pieza. Aquello de ayer viene siendo lo que hoy llamaríamos un artista integral, pero aunque esos tiempos no volverán y aunque muchas cosas han cambiado tenemos la responsabilidad de saber estar a la misma altura.

Diego Bello Fernández


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